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Acerca de mi:

Aunque nací y crecí en una pequeña ciudad y en un pueblo de Alemania, los ritmos, especialmente los ritmos de tambores africanos y orientales, siempre me han fascinado.

Bailar lo he hecho siempre.

Yo bailaba en casa, en el pueblo tan sólo había una asociación deportiva. En la escuela y luego en mi formación como educadora, participé en todas las representaciones de danza que había e incluso creé algunas coreografías.

Con 26 años, ya viviendo en Berlín, empecé con clases de danza. También me formé en danza oriental y en flamenco en diversos centros cívicos.

Después de tan sólo 1 año ya empecé a dar clases de danza oriental. Posteriormente, también en ejercicios corporales en el salón de mi piso que era inmenso.

Poco después ya daba clases de danza a diario después de mi trabajo, en danza contemporánea, danza expresiva, bodywork y danza oriental. Bailaba en un grupo en el estudio “Scherazade”.

Motivada de nuevo por diversos centros cívicos, empecé con la danza africana. A nivel particular me encontraba en un estado de ‘fiebre por la Samba’, que era fácilmente comprensible en el Berlín de la época. Participé en el famoso “carnaval de las culturas” bailando con una de las mejores escuelas de samba de Berlin, la “Sapucaiu no Samba”.

Posteriormente viajé a Brasil y fui a clases de danza allí, también a Ghana para continuar formándome.

Mi profesora de danza africana me ofreció impartir clase en sus cursos de baile. Acepté la oferta y comencé a dar clases. No obstante, mi cuerpo no se adaptaba a algunos de los elementos afros. Especialmente mi espalda sufría y las articulaciones me dolían mucho. Por esta razón, empecé a alargar más y más la fase del calentamiento y también a aumentar la relajación muscular.

Recibí un feedback muy positivo por parte de los alumnos de tal manera, que comentaban que tenían menos dolores de espalda y que, en general, sus cuerpos reaccionaban mejor y de forma más relajada durante más tiempo, de tal manera que los efectos de la clase se alargaban más.

Así nació este concepto de danza, que en un comienzo se llamaba “yoga-stretching y danza africana y afro-brasileña”. El nombre de “Yaaba” lo utilizaba en un ámbito más privado hasta que un día una amiga me inspiró y alentó a usar “Yaaba” para mis clases. Descubrí que con este juego de las letras se describe exactamente el concepto de mi clase, y así nació “Yaaba”.

En 2004 el amor me llevó a Barcelona y desde entonces estoy dando clases de “Yaaba” aquí.

En el año 2015 registré “Yaaba” y estoy formando profesores en “Yaaba”.

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